La monja, una de las imputadas por los abusos a niños en el Instituto Próvolo, está en libertad porque cumplió el plazo máximo establecido para que una persona permanezca privada de su libertad sin condena.
Kosaka Kumiko, imputada como partícipe de los abusos sexuales cometidos en el ex instituto para niños sordos, Antonio Próvolo, de Luján de Cuyo, espera en libertad la continuidad del juicio luego de la que Justicia autorizara el cese de la prisión preventiva que solicitó su abogado. En ese contexto, la monja fue descubierta y filmada caminando por las calles de la Ciudad de Mendoza, acompañada por otra religiosa.
El pasado 10 de junio la justicia mendocina ordenó la liberación de la religiosa, a pedido de su abogado defensor, luego de que se vencieran los plazos de la prisión preventiva y domiciliaria para que una persona permanezca privada de la libertad sin condena.
En la resolución, los jueces Gabriela Urciuolo, Rafael Escot y Belén Salido ordenaron que la acusada “no tenga contacto de ningún tipo con las víctimas”, como así también se le prohibió la salida del país.
Sin embargo, la situación judicial y procesal de Kumiko no cambia en absoluto. La monja está siendo juzgada en un juicio oral donde también están imputadas otras ocho mujeres vinculadas al ex instituto donde se cometieron los abusos sexuales contra niños sordos, y por el cual ya hubo un primer juicio.
La religiosa es la única que llegó a este juicio con prisión domiciliaria acusada de abuso sexual agravado, corrupción de menores y partícipe primaria por omisión.
El segundo juicio por los abusos, que tiene como imputadas a nueve personas, dos de ellas monjas, se desarrolla lento con varias demoras por nulidades y recusaciones.
En el primer juicio, que finalizó en noviembre de 2019, fueron condenados el sacerdote Horacio Hugo Corbacho, a 45 años de prisión; el cura italiano Nicola Corradi (83), quien recibió una pena de 42 años y el ex empleado Armando Gómez, quien recibió 18 años de prisión.