
penas pasadas las elecciones, el gobernador Alfredo Cornejo arranca este viernes una gira internacional que lo llevará a Francia y Abu Dhabi. Oficialmente, el viaje es para «posicionar a Mendoza». Sin embargo, la primera parada del tour expone una contradicción brutal y un doble discurso que indigna al campo mendocino.
El gobernador vuela a Burdeos, Francia, para participar de la cumbre de las «Grandes Capitales del Vino». Irónicamente, Cornejo se sentará a brindar por la vitivinicultura en Europa, después de haberle dado la espalda a los productores locales que están al borde del quebranto.
El escándalo estalló la semana pasada, justo antes de las elecciones. Los productores vitícolas de la Zona Este, desesperados y sin respuestas, habían organizado una movilización masiva a la Casa de Gobierno. Estaban hartos de la indiferencia y el abandono.
Sin embargo, un día antes de la protesta, y tras una serie de «artimañas políticas» y promesas de futuras reuniones, el gobierno logró «convencer» a algunos referentes de desactivar la marcha. La protesta se dio de baja, y con ella, la voz de los productores fue silenciada una vez más.
Ahora, con el reclamo local desactivado y los productores «extinguidos» —como ellos mismos denuncian—, Cornejo viaja cómodamente a Francia a vender una imagen de éxito vitivinícola que los propios viñateros mendocinos no ven.
Terminada la escala francesa, el viaje se vuelve aún más exótico. Cornejo y su ministra de Energía volarán a Abu Dhabi. El objetivo declarado es participar de la ADIPEC, una conferencia de petróleo y gas que reúne a los jeques y ejecutivos que controlan el mercado energético mundial.
Mientras Mendoza espera soluciones a sus problemas internos, el gobernador buscará (supuestamente) «exhibir el potencial» de la provincia. Queda la duda de si este costoso viaje, tan pegado a las elecciones, traerá inversiones reales o si es simplemente el premio post-campaña para la cúpula del gobierno.