
Millán S.A., la empresa dueña de los supermercados Átomo, volvió a protagonizar otro episodio de su serie preferida: “Precio en góndola vs. precio en caja”. Esta vez, la historia incluyó un capítulo judicial, con una multa de $300.000 que la empresa intentó apelar, pero que el Gobierno de Mendoza dejó firme.
Sí, leyó bien: $300 mil pesos. Una suma que, considerando los márgenes de un supermercado, parece más una propina que una sanción. Y aún así, Átomo intentó evitar pagarla, como si se tratara de una hipoteca.
“Este tipo de situaciones, ya habituales en Millán S.A., encuadran perfectamente como ‘Publicidad engañosa’”, dijo un inspector, probablemente mientras buscaba los nuevos precios con una lupa.
La apelación fue rechazada por el Ejecutivo provincial, que le dijo a la empresa básicamente: “No insistas, pagá”. El fallo quedó documentado en el Boletín Oficial, donde se explica que la cadena repitió los mismos argumentos de siempre, y que esta vez no funcionaron.
La multa responde a la ya habitual costumbre de Átomo de mostrar un precio y cobrar otro, una práctica que afecta directamente al bolsillo de los mendocinos y que parece no tener fin.
Lo más tragicómico es que, a pesar de tener antecedentes, el monto de la sanción es casi simbólico. Y sin embargo, la cadena intentó evitar pagarlo. ¿Próximo paso? ¿Un crowdfunding para juntar la plata?
Mientras tanto, los clientes siguen revisando los tickets con lupa, porque en Átomo, lo único seguro es que el precio no es lo que parece.