Testimonios de profesionales de la Salud que decidieron emigrar al vecino país en busca de mejores condiciones.
El éxodo de profesionales que buscan oportunidades en otros países es una realidad en la provincia. El objetivo de la mayoría no es solamente mejorar su situación económica, sino también ganar calidad de vida.
Chile es uno de los destinos más elegidos por los profesionales de la Salud. Algunos van y vienen conservando un trabajo acá; otros renunciaron a todo y están tres o cuatro días por semana en Chile, y el resto de la semana en Mendoza y los menos se fueron a vivir definitivamente al vecino país.
El diario se comunicó con tres pediatras que están planificando su partida a Chile y ninguno accedió a contar su experiencia por temor a que eso perjudique su actual condición laboral.
En busca de una mejor oportunidad
Sueldos en dólares, mejor calidad de vida, menos horas de trabajo y respeto por la profesión. Esas son algunas de las premisas que los médicos que están trabajando en Chile priorizaron a la hora de tomar la decisión de ofrecer sus servicios del otro lado de la Cordillera.
“Hice los papeles para poder ir a trabajar como corresponde y me llevó tiempo, pero ni bien los conseguí, ya estaba con tres trabajos y tuve que rechazar cinco para no volverme loco como lo estaba haciendo acá”, expresó uno de los tantos médicos mendocinos que eligió Chile para trabajar.
Sin querer revelar su identidad, el pediatra que hoy se desempeña como terapista contó que decidió irse por la presión tributaria y los bajos sueldos de la provincia.
“Somos una profesión a la que otros le ponen el valor a nuestro trabajo. Los ingenieros, abogados, contadores cobran lo que corresponde, a ninguno se le paga a 9 meses de haber brindado la prestación”, dijo el profesional.
A diferencia de otros médicos que decidieron buscar alternativas en otros países, a este hombre de 36 años no le ha ido mal en estos últimos años. En Mendoza cobraba un buen sueldo, pero no le alcanzaba ni siquiera para poder acceder a una vivienda propia.
“No sólo el Gobierno es el responsable de que nosotros nos vayamos, sino que AMPRoS, el gremio que nos nuclea, tampoco nos representa. Ellos apañan a las mayorías que son los enfermeros y nos relegan a nosotros”, expresó y enfatizó, sin ánimo de ofender, que un médico hoy gana lo mismo que un enfermero, un fonoaudiólogo o un kinesiólogo.
A la hora de brindar detalles de lo que gana en Chile, el profesional contó que percibe 40 dólares por hora, es decir, unos 800 dólares por una guardia de 20 horas, que si se convierte a pesos argentinos (al dólar blue) son unos 400.000.
“Mientras más capacitado estés y trabajes en los lugares más críticos, más te van a pagar. De hecho, con las dos guardias semanales que hago logro vivir y pagar un lote para poder construir mi propia casa. Hoy me estoy reventando, pero vale la pena porque sé que en un tiempo tendré los frutos que deseo”, contó.
Sin dudas la vida de este médico cambió, hoy alquila una casa en un barrio privado y paga 700 dólares mensuales, sus hijas van a un colegio bilingüe y no se priva de nada.
“A fin de año ya cerré para realizar la guardia del 24 y 25 de diciembre y por esos días, que no los quiere trabajar nadie, cobraré 2 mil dólares por día. Termino mi trabajo y me voy con mi familia a Punta Cana de vacaciones. Mi familia es mi única prioridad y para ellos trabajo hoy”, expresó.
A futuro, el médico tiene pensado quedarse con una sola guardia y “bajar las revoluciones”.
“Hoy la única preocupación que tengo en mi cabeza es si el paso a Chile está abierto o cerrado, es lo único que altera mi tranquilidad y es sólo por esta temporada, ya que cuando arranque el horario de verano las cosas cambian”, culminó.
Otro médico mendocino “suelto” en Chile
Un caso que repite casi la misma historia. Se trata de otro profesional mendocino de 35 años que prefirió proteger su identidad y que está especializado en Pediatría y Neonatología.
El médico contó que hace unos años decidió emigrar al vecino país, ya que con cuatro o cinco trabajos fijos que tenía en Mendoza, más guardias durante los fines de semana, sólo podía pagar los gastos de la casa, la escolaridad de sus hijos y no mucho más.
Después de la pandemia, el médico decidió probar suerte en Chile y, en la actualidad, trabaja 15 días en una clínica de máxima complejidad de Santiago y en un hospital pediátrico de Viña del Mar. Luego retorna a Mendoza y ejerce un trabajo menor, pero su cargo del Estado lo tiene sin goce de haberes hasta que le toque renunciar.
“Me pagan muy bien y no sólo eso, sino que me respetan como profesional y me siento contenido por el sistema sanitario de Chile”, expresó.
A la hora de diferenciar los sueldos de acá y de allá, el médico dijo: “Una guardia en una Neo de Mendoza, durante 24 horas, la estaría cobrando unos 75 mil pesos (los días de semana) y 80 mil pesos (los fines de semana); en Chile, estoy cobrando 450 mil pesos las 24 horas (indistinto si es día de semana o fin de semana) y, en las clínicas privadas se llega a pagar un 50% más. En definitiva, en un año gano 7 veces más de lo que ganaba en Mendoza”.
Ante este panorama reflejado por médicos locales, este medio intentó contactarse con las autoridades de la cartera conducida por Ana María Nadal, pero no hubo respuesta al respecto.