Contra todo y contra todos: Gimnasia es de primera

¡Gimnasia es de primera, carajo! En un partido que será recordado por el sufrimiento, la injusticia y una heroica muestra de carácter, el Lobo mendocino rompió el maleficio y logró el tan ansiado ascenso a la Liga Profesional. Tuvo que luchar no solo contra Deportivo Madryn, sino también contra un arbitraje escandaloso de Nicolás Ramírez que intentó robarle el sueño, pero en los penales, San Rigamonti hizo justicia y desató la locura de todo un pueblo.

La final fue una guerra desde el minuto uno, pero con un solo protagonista. Gimnasia salió a comerse la cancha y a los 3 minutos ya había metido el primer gol, pero el árbitro, en una decisión insólita, lo anuló por una supuesta mano. Minutos después, un penalazo sobre Nicolás Romano que vio todo el estadio, menos el juez. La calentura era total.

Para colmo de males, el Lobo volvió a convertir con un golazo de Romano, pero otra vez Ramírez, a instancias del VAR, ahogó el grito por otra supuesta mano en el inicio de la jugada. Dos goles anulados. Un robo a mano armada que hubiese quebrado a cualquier equipo, pero no a este Gimnasia.

Y como si el guion de la injusticia no fuera suficiente, en el segundo tiempo, cuando Madryn no había pateado al arco, encontró un gol de cabeza tras un tiro libre. El 0-1 era una puñalada, la postal del despojo.

Pero este equipo tiene un corazón gigante. Se fue con todo a buscarlo, con más garra que fútbol, y en el minuto 96, cuando la historia parecía sentenciada, llegó el milagro. Un penal claro que Facundo Lencioni, con los huevos de un campeón, cambió por gol. Justicia divina.

En el alargue, el arquero de Madryn se convirtió en figura, tapando cuatro pelotas de gol increíbles. El destino quería que la gloria llegara con más sufrimiento, en los penales. Y ahí, apareció el gigante César Rigamonti. Se vistió de héroe, atajó los dos primeros penales y sentenció la historia. El travesaño hizo el resto y el pueblo Blanquinegro pudo gritar campeón. Un ascenso que vale doble, por ganarlo en la cancha y contra los que no querían que pase.