
Lo que debía ser una fiesta del conocimiento se convirtió en una escena de terror y negligencia. Una feria de ciencias en una escuela de Pergamino terminó en un baño de sangre, cuando un experimento que simulaba un volcán explotó en la cara de los alumnos, dejando un saldo de diez heridos y a una nena con el rostro desfigurado y en riesgo de perder un ojo.
El caos se desató el miércoles por la noche en la Escuela de Rancagua. Un video grabado por los propios padres muestra la calma previa a la catástrofe: una alumna explica con orgullo los materiales del experimento –azufre, carbón y sales especiales– mientras una profesora supervisa. Segundos después, la alumna enciende la mecha y el «volcán» detona con la fuerza de una bomba, lanzando esquirlas incandescentes sobre los niños que miraban en primera fila.
El pánico fue total. Los gritos, la sangre y la confusión se apoderaron del salón. «Algunos niños estaban ensangrentados y los padres intentaban asistirlos», relató una madre, todavía en shock.
Mientras la mayoría de los heridos fueron trasladados al hospital local con cortes y quemaduras, el caso más grave fue el de la alumna que estaba más cerca de la explosión. El impacto le destrozó el rostro, y ante la gravedad de las heridas y el inminente riesgo de perder la visión de un ojo, tuvo que ser derivada de urgencia al Hospital Garrahan.
La tragedia, que pudo ser evitada, ha desatado un fuerte debate sobre la falta de medidas de seguridad en las escuelas. ¿Quién supervisó los materiales? ¿Por qué se permitió un experimento con potencial explosivo tan cerca de los niños? Las autoridades ahora prometen una investigación, mientras una familia reza por la recuperación de su hija y toda una comunidad se pregunta cómo una feria de ciencias pudo terminar en un hospital.
Diez heridos tras la explosión de un experimento en una feria de ciencias