
La Cámara de Diputados de la Nación aprobó el proyecto de ley que establece un Incremento Excepcional y de Emergencia a las jubilaciones, que incluye una suba del 7,2% en los haberes, un bono de $110.000 y la prórroga de la moratoria previsional por dos años. La iniciativa fue respaldada por una amplia mayoría: 142 votos a favor, 67 en contra y 19 abstenciones.
En este contexto, los diputados nacionales por Mendoza votaron divididos, pero hubo un gesto que no pasó desapercibido: los legisladores alineados con el gobernador Alfredo Cornejo (UCR), Lisandro Nieri y Pamela Verasay, se abstuvieron de votar, alineándose de manera indirecta con el oficialismo libertario, que ya anticipó que vetará la ley por “razones fiscales”.
En contraste, Julio Cobos (UCR), también exgobernador, votó a favor del proyecto, al igual que los diputados del peronismo mendocino Martín Aveiro, Adolfo Bermejo y Liliana Paponet, y Lourdes Arrieta (Transformación), quien además acusó públicamente a Karina Milei de usar fondos del PAMI para el armado político de La Libertad Avanza.
Desde el oficialismo nacional, el presidente Javier Milei dejó en claro que, aunque el Senado lo apruebe, vetará la ley por considerar que atenta contra su plan de déficit cero. El impacto fiscal proyectado sería del 1,8% del PBI (aproximadamente US$12.000 millones).

Mientras tanto, miles de jubilados en todo el país siguen viviendo en la línea de la pobreza, con haberes mínimos insuficientes. El bono actual de $70.000 quedó muy por debajo de lo necesario para cubrir los gastos básicos, y ni siquiera el aumento votado alcanzaría a compensar la inflación acumulada.

El voto de los diputados mendocinos deja en evidencia quiénes estuvieron verdaderamente del lado de los jubilados y quiénes decidieron abstenerse y permitir el avance de un gobierno que no titubea en ajustar a los sectores más vulnerables.