Claudio Ariel Luna no sólo fue víctima del pésimo estado de las rutas provinciales, sino también de un Estado que le dio la espalda. El hombre presentó un reclamo formal al Gobierno de Mendoza por los daños que sufrió su vehículo al circular por calle Rodríguez Peña (Ruta Provincial N°4), en condiciones deplorables.
Según el reclamo, las roturas en el vehículo ascendieron a más de $17 millones, cifra respaldada por presupuestos de reparación y pruebas documentales. Sin embargo, la Dirección Provincial de Vialidad desestimó el reclamo, argumentando que “no alcanza con haber comprobado los daños” ni con que los presupuestos sean “coherentes”. La decisión fue ratificada por el ministro de Gobierno, Infraestructura y Desarrollo Territorial, Natalio Mema.
A pesar de que el Gobierno provincial tiene bajo su responsabilidad el mantenimiento de esa ruta, se desentiende por completo del daño ocasionado. No hubo peritaje técnico alternativo, ni propuesta de compensación, ni asunción de culpa. Simplemente rechazaron el pedido y dieron por cerrado el caso.
Mientras tanto, miles de mendocinos transitan a diario rutas provinciales rotas, peligrosas y sin mantenimiento. Y si algo sale mal, como en el caso de Luna, el Estado mira para otro lado y deja a los ciudadanos pagando las consecuencias.