El impactante asesinato en el centro mendocino que fue captado por las camaras(Video)

Las imágenes corresponden al crimen de Marcos Figueroa, ultimado durante un asalto en mayo del año pasado. La filmación fue clave para identificar a los sospechosos, uno de los cuales fue condenado días atrás. Otras dos imputadas esperan el juicio en su contra.

“Quedate quieto, quedate quieto”, fueron las últimas palabras del presunto proxeneta Marcos David Figueroa, mientras forcejeaba con el delincuente juvenil que lo mató de un balazo en la cabeza a mediados del año pasado en el centro mendocino. 

El hecho de sangre quedó filmado por la cámara de seguridad de uno de los departamentos del complejo que se transformó en escena del crimen.

Se accedió a las impactantes imágenes que muestran con detalles el momento en que los malvivientes se daban a la fuga, mientras eran perseguidos por una trabajadora sexual que les arrojó una pava eléctrica en un desesperado intento por frenarlos. 

Detrás de ellos, Figueroa interceptó a uno de los ladrones y lo tomó por la espalda, mientras le gritaba desafiante a los cómplices: “Dale, tirale a tu compañero. Tirale a tu compañero”.

Acto seguido, el maleante aprovechó una desatención de la víctima para sacar una pistola calibre 22 que tenía guardada en el tobillo de la pierna derecha, debajo del pantalón, y logró zafarse y girar para darle un tiro a quemarropa en la frente.

El material fílmico fue clave para la investigación y facilitó la identificación y posterior captura de los sospechosos, entre los que había tres menores de edad.

Debido a que dos de los supuestos autores eran inimputables al momento del asesinato, sólo cuatro fueron acusados: Sofía Camila Ibarra (21), alias la Camilita -señalada planificadora del asalto-, Martín Ezequiel Saravia (21), María Fernanda Albares (27) y el sindicado matador que tiene 17 años y se encuentra a disposición de la Justicia Penal de Menores.

Los tres detenidos que imputó la fiscal Claudia Ríos por homicidio criminis causa, iban a enfrentar un juicio por jurado en el que arriesgaban una condena a prisión perpetua. No obstante, un fallo judicial modificó la calificación a homicidio en ocasión de robo y esquivaron de una posible sentencia por la máxima pena.

Con ese escenario, el lunes Saravia se transformó en el primer condenado del expediente luego de reconocer la autoría durante un juicio abreviado final: su defensa y la representante del Ministerio Público acordaron un castigo de 15 años de encierro.

El chico de 20 años estaba acorralado por contundentes pruebas, entre las que se encontraba el video del asesinato. En la filmación se observa a Saravia corriendo por el pasillo con un conjunto bordó de River Plate.

La foto que complicó a Saravia, las prendas incautadas y la imagen del autor del disparo ingresando al complejo.

Justamente, horas antes del hecho subió a su perfil de Facebook una foto junto al menor que le disparó a Figueroa y ambos vestían la misma ropa que utilizaron en el asalto letal. Incluso, durante un posterior allanamiento se incautaron las prendas de Saravia: una campera, un pantalón y un buzo de River y una gorra Nike roja.

En el video también se escucha al adolescente gritar “Martín, Martín vení”, pidiéndole auxilio a Saravia, mientras luchaba para escapar de la víctima.

Lo cierto es que, tras la condena contra Saravia, las dos mujeres imputadas deberán esperar al juicio en su contra, donde serán juzgadas por como coautoras del delito de homicidio en ocasión de robo agravado por la participación de menores de edad, por el uso de arma de fuego y por ser en poblado y en banda.

Ibarra y Albares irán a juicio en las próximas semanas.

El caso

La reconstrucción que hicieron los detectives del caso sostiene que el asalto se planificó pasado el mediodía del 31 de mayo del 2021, mientras los jóvenes estaban en la casa de Albares, en el barrio San Martín de Ciudad.

Aparentemente, la Camilita conocía ese departamento que funcionaba como “bulo”, ya que habría ejercido como meretriz meses atrás. Sabía que se solían manejar importantes sumas de dinero y decidieron dar un golpe armado en ese lugar, indicaron fuentes allegadas la pesquisa.

Alrededor de las 14.30, los seis jóvenes salieron desde el oeste departamental, a bordo de dos remises truchos que pidieron por WhatsApp con el celular de una familiar de Albares, y se dirigieron hacia el complejo de calle Patricias Mendocinas 743.

La escena policial en calle Patricias Mendocinas, a escasos metros de los Tribunales provinciales.

Cuando llegaron, sólo descendieron los cuatro varones y las dos mujeres se quedaron esperando en los autos. Los malvivientes pasaron sin problemas la reja de la entrada, que estaba abierta, y atravesaron el pasillo para llegar hasta el último departamento, el E.

Los cuatro sujetos irrumpieron en la vivienda y abordaron con armas de fuego a las tres trabajadoras sexuales y a Figueroa.

Acto seguido, Les exigieron el dinero de la recaudación del fin de semana, pero debido a la baja circulación de personas por la cuarentena del Covid-19, no había clientes y por ende no contaban con dinero de ganancias.

Por eso, los delincuentes les sustrajeron algunas prendas de vestir, bolsos con pertenencias y las zapatillas que calzaban en ese momento, para no irse con las manos vacías.

Cuando los autores escapaban, Figueroa alcanzó a uno de ellos y se produjo forcejeo en el que recibió el balazo que le terminó quitando la vida.

Pese a que el hombre presentaba signos vitales cuando llegaron los médicos del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC), después de que ingresó al Hospital Central los médicos constataron que tenía muerte cerebral. Figueroa había perdido masa encefálica y el daño era irreparable, por lo que falleció a las pocas horas.

En tanto, los asaltantes regresaron a la casa de Albares y sus familiares observaron que uno de los menores tenían manchas de sangre en el barbijo y en la ropa. Esa situación la declararon ante la Justicia y también aportaron los nombres de los sospechosos.

Con el pasar de los días, los presuntos autores fueron cayendo en las garras policiales. En el caso de los menores inimputables, se entregaron junto a sus madres y luego de tomarles declaración regresaron a sus casas. Uno de ellos, apodado el Juanpi, volvió a ser detenido meses después por otro asesinato.

Fuente el sol