Se terminó. El milagro no llegó al Feliciano Gambarte. Godoy Cruz, el equipo que durante casi 20 años fue la bandera de Mendoza en la élite del fútbol argentino y en copas internacionales, jugará la próxima temporada en la Primera Nacional. El empate 1-1 contra Deportivo Riestra fue la sentencia final a una mala campaña que resulta dolorosa e inentendible.
La presión de jugar por la permanencia fue un ancla para el Tomba. El equipo salió nervioso, impreciso, y Riestra, sin nada que perder, lo aprovechó. A los 18 minutos, un error en la salida de Rasmussen terminó en un centro que Nicolás Benegas desvió para el 1-0, enmudeciendo al Gambarte.
Sin embargo, la esperanza apareció de inmediato de la mano de la figura de la tarde: el juvenil Santino Andino. Solo tres minutos después, a los 21, el «Chulu» pateó un tiro libre que se fue cerrando y, sin que nadie la tocara, se metió por el segundo palo. Un golazo que significaba el 1-1 y devolvía el alma al cuerpo de los hinchas.
El complemento fue un drama que se jugó en dos canchas. Godoy Cruz salió a buscarlo, pero la noticia que llegó desde Mar del Plata fue un golpe letal. Aldosivi, el rival directo del Tomba, dio vuelta su partido. Esa victoria condenaba a Godoy Cruz, que ahora necesitaba ganar sí o sí.
Los últimos minutos fueron pura desesperación. El Tomba se tiró al ataque, pero el rival ya era el reloj. Un cabezazo de Tomás Rossi que se estrelló en el travesaño fue la última imagen de la ilusión. El pitazo final de Facundo Tello confirmó lo que nadie quería oír: el descenso del club modelo del interior. Un final injusto para una institución que se acostumbró a deslumbrar en Primera.