La desidia tiene consecuencias, y en Guaymallén casi se convierte en tragedia. Un camión recolector de basura se hundió literalmente en el asfalto en el distrito de Dorrego, producto de una pérdida de agua que los vecinos llevaban días denunciando a Aysam sin recibir absolutamente ninguna respuesta. La postal del vehículo enterrado es el monumento a la negligencia de una empresa que abandona a los ciudadanos.
El insólito accidente ocurrió este lunes por la noche en la intersección de Lafinur y Luzuriaga. Los vecinos escucharon una explosión y al salir se encontraron con una escena increíble: el pesado camión de la Municipalidad de Guaymallén, que realizaba su recorrido habitual, había sido tragado por la calle.
Esto no fue un accidente, fue la crónica de un desastre anunciado. Los residentes de la zona habían alertado incansablemente a Aguas Mendocinas sobre una importante pérdida de agua que estaba socavando el terreno bajo el pavimento. Pero como ya es costumbre, sus reclamos cayeron en el saco roto de la burocracia y la inoperancia.
La pérdida constante fue «pudriendo» la base de la calle hasta que no pudo soportar el peso del recolector. El asfalto cedió y dos de las ruedas del camión quedaron completamente enterradas, dejando en evidencia que la desatención de Aysam no solo genera derroche de agua, sino que convierte las calles en trampas mortales para cualquiera que circule.