Paso 2021: La pesada mochila del peronismo Mendocino

Un voto castigo que arrasó con el peronismo
Anabel Fernández Sagasti y Adolfo Bermejo en el búnker del Frente de Todos

Sería muy fácil para el PJ mendocino culpar de su caída al Gobierno nacional, pero también sería mentira y un dato lo confirma: desde 2011, perdió todas las elecciones más por motivos propios que ajenos. Un golpe difícil de remontar para Anabel Fernández Sagasti.

o hacía falta de encuestas para prever el resultado de ayer: era cantado el triunfo de Cambia Mendoza, con Cornejo, Suárez y Cobos en la boleta. Pero lo que nadie pudo anticipar fue la derrota catastrófica del peronismo, que se sabía segundo de antemano pero volvió a caer al piso del 25% que ha tenido en sus peores momentos.

Las caras de Anabel Fernández Sagasti y Adolfo Bermejo anoche lo decían todo. Fueron los únicos que aparecieron en un búnker hundido en el silencio y el vacío. Ninguno de los seis intendentes hizo acto de presencia. Dos estaban seguramente tan mal como ellos, los de Maipú San Rafael. Los restantes cuatro tal vez prefirieron festejar sus pequeños triunfos en la seguridad de su pago chico.

La derrota de ayer tiene factores locales y en gran medida nacionales: esta vez no es Mendoza una de las excepciones del país en donde perdió el peronismo. Lo que ocurrió aquí se repitió en otros 16 distritos, incluidos esos en los que siempre gana.

Al PJ le ha costado diseñar y plasmar un proyecto de provincia. De hecho, el triunfo de 2011 fue exclusivo mérito del arrastre nacional de Cristina, que obtuvo el 54% de los votos.

Fernández Sagasti. Paso a paso, fue avanzando internamente hasta que derrotó a los viejos caciques, ya desgastados. Tan desgastados que podría decirse que más que bajarlos, se cayeron solos del pedestal.

Pero lejos de romper con ellos, tal vez porque la victoria había sido demasiado ajustada, Anabel buscó sumarlos y entonces el PJ siguió siendo lo mismo aunque con una conducción provincial que intentaba sostener la unidad a cualquier costo.

Como si fuera poco, a la hora de sumar aliados tampoco acierta: llevar a José Luis Ramón como candidato a senador por el primer distrito, en lugar de atraer votos se los espantó: la boleta de diputados provinciales que encabezó el ex Protectora en el primer distrito sacó apenas 23%.

¿Podría ella, si se deshiciera del lastre, ser la refundadora del PJ? Está claro que no. Y la principal razón es que carga con una mochila propia de la que no puede desligarse.

Por más que busque dejarlo en el olvido y ya no se presenta como tal, Fernández Sagasti es un producto de La Cámpora, la denostada organización juvenil del kirchnerismo.

Pero sobre todo su imagen nunca subirá porque no podrá separarla de la de Cristina Kirchner, la dirigente peor considerada en la provincia. Anabel es la discípula dilecta de la vicepresidenta y, según algunos encuestadores, tiene menos imagen positiva incluso que el magro porcentaje de votos que cosechó.

Quienes frecuentan los despachos de funcionarios nacionales cuentan que a la senadora mendocina no le tiembla el pulso a la hora de hacer sentir esa preferencia a todos.

Pero acá es distinto y Fernández Sagasti lleva perdidas las tres últimas elecciones en las que se presentó: a senadora nacional en 2015, a gobernadora en 2019 y ayer nuevamente a senadora, cuando obtuvo 10 puntos menos que hace dos años y su proyecto 2023 quedó gravemente herido.

Ni la decisión de llevar a Adolfo Bermejo a la cabeza de la lista de diputados la ayudó. El maipucino es el peronista con mejor imagen, pero como le pasaba al radical Víctor Fayad en los ´90, su aceptación social no le alcanza para ganar elecciones.