
El enemigo público número uno de un vecino de la Ciudad de Mendoza no era la inseguridad ni la inflación: era un simple cartel de «Prohibido Estacionar». Harto de la señal de tránsito plantada en la puerta de su casa, el hombre planificó y ejecutó un «operativo comando» para robarla, pero su brillante plan fue frustrado por una cámara de seguridad.
El insólito episodio ocurrió en el Pasaje Las Petunias. El video, que sirvió como prueba clave para la denuncia de la Dirección de Tránsito, muestra al individuo junto a dos cómplices, utilizando una amoladora para cortar de raíz el poste de la señal. Una vez derribado su «enemigo» metálico, lo ingresó a su domicilio como si fuera un trofeo de guerra.
Con las imágenes en mano, la fiscalía actuó rápidamente. Se ordenó un allanamiento en la vivienda del sospechoso, donde la policía no solo recuperó el «botín» –un caño de hierro de tres metros con su disco–, sino que también procedió a la detención del hombre.
La carátula del caso suena a una película de criminales peligrosos: «robo agravado en poblado y en banda». Sin embargo, el protagonista de esta historia, al no tener antecedentes penales, recuperó la libertad bajo palabra poco después. Una historia bizarra que demuestra hasta dónde puede llegar un vecino cuando se le agota la paciencia.