
Si uno lee los titulares de los grandes medios hoy, parece que YPF se ha transformado en una ONG de beneficencia. «Baja la nafta», anuncian con bombos y platillos, replicando la gacetilla oficial sin hacerse una sola pregunta. Pero cuando el mendocino va a cargar tanque, la realidad le pega una cachetada que ningún titular puede disimular.
Vamos a los números, que son los únicos que no mienten. Hace apenas un poco más de un mes, el litro de Súper rondaba los $1.490. Hoy, esa misma nafta supera los $1.630. En esta carrera loca, el combustible aumentó casi 150 pesos, asfixiando a los trabajadores, a los preventistas y a las familias.
Ahora, con un cinismo digno de estudio, anuncian una «baja del 2%». ¿Saben cuánto es eso? Son monedas. Es un vuelto chico. Te subieron $150 de golpe y ahora te devuelven $30 con una sonrisa, esperando que aplaudas.
Es la política del «tero»: gritan en un lado (la baja del 2%) para que no mires dónde ponen el huevo (el acumulado inflacionario brutal). Y los grandes medios, esos que viven de la pauta oficial y empresarial, se prestan al juego. Te venden «alivio» cuando en realidad es una burla.
No nos tomen por tontos. Nadie llena el tanque con porcentajes ni con titulares optimistas. El bolsillo del mendocino sabe la verdad: la nafta es un lujo y esta «baja» es solo maquillaje para tapar el moretón de los aumentos.