
En una nueva muestra de que el ajuste lo paga la gente y no la política, el Gobierno de Mendoza destinó una fortuna para que la Residencia Oficial de La Puntilla brille impecable. A través de un decreto firmado por la vicegobernadora Hebe Casado, se autorizó el desembolso de $50.000.000 solo para los «gastos operativos» del último trimestre del año.
La cifra indigna por donde se la mire. Con este nuevo giro, el gasto total para mantener la casa del Gobernador en el segundo semestre asciende a $104 millones de pesos.
El despilfarro se fue dando en cuotas, pero la suma es escandalosa. En agosto ya habían mandado $36 millones; después pidieron un «refuerzo» de $18 millones, y ahora, para cerrar el año «a todo trapo», suman estos 50 millones más.
Todo este dinero de los contribuyentes va a parar a un fideicomiso destinado a la administración, cuidado y mantenimiento de la propiedad en una de las zonas más exclusivas de Luján. Mientras en los hospitales faltan insumos, las escuelas se caen a pedazos y los sueldos estatales pierden contra la inflación, la prioridad del Ejecutivo parece ser que en la residencia oficial no falte absolutamente nada.