
La senadora cordobesa del PRO libertario, Carmen Álvarez Rivero, desató un verdadero escándalo en el Senado al poner en duda uno de los pilares de la salud pública argentina: el acceso universal de los niños al Hospital Garrahan.
Durante el debate por la emergencia pediátrica, Álvarez Rivero lanzó una frase que generó indignación inmediata:
“Yo no creo que los niños argentinos tengan derecho a venir al Garrahan a ser curados. Ese derecho yo no lo conozco en ningún lado”.
Con esas palabras, la legisladora libertaria dejó entrever que, para ella, el Garrahan —símbolo de la medicina pública de alta complejidad y referencia para toda la región— debería dejar de ser accesible para los chicos de todo el país.
La senadora intentó justificar su postura reclamando que Córdoba debe ser compensada cuando atiende a pacientes de otras provincias. En lugar de plantear un fortalecimiento del sistema de salud nacional, optó por cuestionar la universalidad del acceso a la salud infantil, un principio básico de justicia y solidaridad federal.
La intervención fue vista como un claro alineamiento con el plan de desfinanciamiento del Estado impulsado por Javier Milei, que busca recortar derechos esenciales bajo el disfraz de “eficiencia” y “federalismo”.
Mientras tanto, la crisis sanitaria golpea cada vez más fuerte en las provincias, y propuestas como la de Álvarez Rivero no hacen más que abrir la puerta a un modelo de salud desigual, donde los chicos del Interior podrían quedar condenados a no acceder a tratamientos de excelencia como los del Garrahan.