Maipú: Uno de los policías denunciados por estar alcoholizado, también dio positivo en cocaína

https://elsol-compress-release.s3-accelerate.amazonaws.com/images/large/1665495388285163658.jpg

La base de la Unidad Especial de Patrullaje Maipú. (Foto: gentileza MendoVoz)

Así lo confirmó el análisis realizado por el Cuerpo Médico Forense. La prueba comprometió severamente al subcomisario y al auxiliar acusados de ofrecerles marihuana a menores de edad en pleno servicio. Los pasaron a disponibilidad y también enfrentan una causa penal.

El subcomisario y un auxiliar de la Unidad Especial de Patrullaje Maipú (UEP) que fueron denunciados el martes por trabajar alcoholizados y ofrecerle marihuana a menores de edad, están cada vez más complicados en las investigaciones que desarrollan de manera paralela la Justicia y la Inspección General de Seguridad (IGS).

En las últimas horas, las autoridades recibieron el resultado del análisis de sangre a los que fueron sometidos los efectivos en el Cuerpo Médico Forense (CMF). El dosaje reveló que ambos estaban alcoholizados en pleno cumplimiento de sus funciones: tenían 1,6 y 1,4 gramos de alcohol por cada litro de sangre, respectivamente. 

Pero eso no es todo. La prueba también detectó la presencia de cocaína en la sangre del auxiliar, por lo que la situación era más grave de lo que se esperaba, indicaron fuentes allegadas al caso. 

A esa prueba se le sumó la declaración de otro de los menores que fueron abordados en la vía pública por los funcionarios. El chico ratificó lo denunciado, dejó en claro que los uniformados intentaron sobrepasarse con sus amigas y destacó que hubo un ofrecimiento para consumir estupefacientes. 

Con el material recolectado hasta el momento, el titular de la IGS Marcelo Puertas decidió pedir el pase a disponibilidad de ambos efectivos, por lo que no podrán trabajar por el lapso de 30 días y cobrarán sólo el 30 por ciento de su salario (si llegan a ser imputados), mientras avanzan las pesquisas en su contra. 

Pero sólo se trata de una medida preventiva, ya que la gravedad de los hechos denunciados y de las pruebas que surgieron podrían desembocar en que el subcomisario y el auxiliar terminen apartados definitivamente de la fuerza, explicaron las fuentes consultadas.

En los próximos días se espera que se incorporen las imágenes de cámaras de seguridad de las zonas por las que transitaron los policías durante su recorrido nocturno y también serán citados a indagatoria, por lo que podrían presentarse en compañía de sus respectivos abogados para brindar su versión de los hechos. 

También se solicitó el secuestro de los libros de novedades de la UEP Maipú y de Motorolla II (jefe de recorrida nocturna), debido a una denuncia anónima que ingresó el miércoles a la IGS. 

Al mismo tiempo, la causa penal pasó a la órbita del fiscal de Homicidios y Violencia Institucional Carlos Torres, quien comenzó a reunir todo el material probatorio para determinar si a los dos funcionarios les puede caber alguna imputación.

Polémica en Maipú

Fue cerca de las 6 cuando una chica de 15 años se comunicó con la línea de emergencias 911 y relató que minutos antes se encontraba junto a otras dos chicas y un amigo -todos menores de edad- cerca de la plaza de Gutiérrez y dos policías en un evidente estado de ebriedad se acercaron a ellos a bordo de una movilidad. 

La muchacha aseguró que los uniformados llevaban botellas de cerveza Corona, les preguntaron “si tenían novio” y ofrecieron llevarlas hasta el barrio Parque Norte. 

Luego, tomaron a su amigo, lo pusieron contra el móvil y lo revisaron, para luego intentar convidarles marihuana, sostuvo la adolescente en la conversación con el operador del Centro Estratégico de Operaciones (CEO).

Con los datos aportados por la llamante, se comenzó a verificar las movilidades que estuvieron patrullando esa zona y se constató que se había tratado del móvil 3406 de la UEP Maipú, en el que estaba trabajando un auxiliar y un subcomisario, que estaba cumpliendo funciones como Motorolla II.

Por ese motivo, un ayudante fiscal de la Oficina Fiscal Nº 10 que lideró las actuaciones judiciales en un primer momento, solicitó que los dos funcionarios fueran demorados y trasladados al CMF para someterlos a un dosaje de alcohol. 

Asimismo, tomó intervención la IGS y se activó el protocolo correspondiente para este tipo de casos, por lo que se les retiró la el arma reglamentaria y el chaleco provisto.

El caso generó una fuerte polémica en la fuerza y puso la mira en la UEP Maipú, ya que surgieron más denuncias por presuntas irregularidades en esa unidad policial.