
La provincia hace agua por donde se la mire, y la inseguridad avanza a pasos agigantados. El Gobierno no quiere verlo y prefiere tapar el sol con el dedo.
En los últimos nueve días se cometieron 5 crímenes. Otros tantos que podrían haber terminado peor pero que por suerte no tuvieron un final fatal. Como lo sucedido este lunes, cuando un delincuente se enfrentó a los tiros con un policía al intentar robar en su casa. El ladrón terminó escapando y el oficial ileso.
Pero nada de esto importa ahora, porque el Gobierno de Mendoza está en otra. Cree que con la compra de patrulleros y chalecos antibala se resuelve el problema, que evidentemente es mucho más grave de lo que la administración mendocina entiende.
Hay una clara falta de un programa de seguridad eficiente. Pero no hay ningún plan. Nada de nada. Los oficiales de la policía están librados a su suerte.
Mientras reclaman un aumento para sus magros salarios y desde el Gobierno y la Asociación Mutual del Personal Policial (AMUPPOL) no logran ponerse de acurdo.
Desde la cartera conducida por la ministra Mercedes Rus le ofrecieron incrementar el ítem de mantenimiento de indumentaria de personal policial y penitenciario del 2,5% al 8% del valor del salario y un monto complementario de 200.000 pesos a pagar en dos cuotas iguales.
Desde la asociación que representa a los policías aseguran que está mal lo que plantea el Gobierno porque se trataría de un aumento “en negro”, algo que rechazaron el presidente de la cámara de Diputados, Andrés Lombardi, y la ministra de Seguridad Mercedes Rus: “el dictado del decreto no se ha “desvinculado” del orden legal vigente”, argumentaron este lunes a través del Boletín Oficial.
Lo cierto es que en el medio están ellos, los policías, que ni siquiera saben bien cuál es el límite para actuar dentro de lo legal. Que deben enfrentarse al ninguneo de la Casa de Gobierno y que deben soportar incluso que la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, sostenga que Mendoza es una provincia segura.
La oposición está enojada con el Gobierno por este mismo tema. Quien se lo hizo saber fue el diputado provincial justicialista Germán Gómez, quien reprochó: “Las políticas de Seguridad aplicadas por este ministerio son un fracaso rotundo, 5 crímenes en 9 días y la violencia no para de crecer. Es evidente la ineficacia de lo que se está haciendo, mientras los y las mendocinas mueren”.
El problema es que no hay un pronóstico acertado, y por ende la solución a aplicar no será la correcta… el problema finalmente no se resolverá.
El Gobierno no tiene ahora en mente este tema. La vicegobernadora Hebe Casado está pensando si unirse a La Libertad Avanza o que vayan juntos a las elecciones de medio término junto con el frente Cambia Mendoza.
Por su parte, Alfredo Cornejo está más atento a las críticas económicas, quiere instalar que es una suerte de “libertario adelantado”, alguien que ya tenía en mente impulsar las medidas que viene llevando a cabo el presidente Javier Milei a nivel nacional.
Y no son pocos los integrantes del Gabinete que se la pasan mirando las redes sociales para medir el humor de la gente respecto del área que le corresponde. De salir a la calle y ver lo que sucede nada de nada. Un sinsentido.
Mientras esto pasa, mientras los funcionario provinciales viven en su propia burbuja, los mendocinos deben andar aterrados, sin saber si serán víctimas del delito o, aún peor, puedan quedar en medio de un enfrentamiento narco, otro tópico de la inseguridad que viene creciendo en la provincia.