Milei envió al Congreso el proyecto para modificar la Ley de Glaciares y favorecer la minería

La avanzada extractivista tiene un autor intelectual y opera desde Mendoza. Si bien el gobierno de Javier Milei fue el encargado de remitir al Congreso el proyecto para modificar la Ley de Glaciares, las huellas digitales de Alfredo Cornejo están en cada párrafo del texto.

Bajo la excusa de otorgar «mayor autonomía», la iniciativa cumple el sueño húmedo del gobernador mendocino: eliminar las trabas nacionales para que él mismo pueda decidir qué zonas de la cordillera se pueden explotar. No es casualidad. Cornejo ha sido el principal lobista de esta «flexibilización», exigiendo durante meses que la Nación deje de «interferir» en los recursos provinciales.

El plan maestro del Gobernador Lo que se presenta como una medida de «libertad productiva» es, en realidad, la ejecución de la hoja de ruta diseñada en el Barrio Cívico. Cornejo sabe que la Ley de Glaciares actual es el último dique de contención legal que frena la megaminería en zonas sensibles. Por eso, se erige como el ideólogo de esta reforma: necesita la ley a su medida para garantizarle a las multinacionales que nadie tocará sus negocios, ni siquiera para proteger el agua.

La sintonía es perfecta: Cornejo diseña la estrategia política y Milei pone la firma y el relato de la «desregulación». El resultado es un pacto de entrega donde el agua de los mendocinos es la moneda de cambio.