
En pleno modo campaña y con la mira puesta en las elecciones, Javier Milei desembarca este jueves en Mendoza para un desembarco proselitista de último momento. Lo acompaña su hermana, Karina Milei, en una de sus primeras reapariciones públicas de alto perfil tras el escándalo de las coimas que golpeó al entorno presidencial y la mantuvo alejada de los focos.
Lo que empezó como una visita «institucional» para un almuerzo con empresarios en San Rafael, se transformó a las apuradas en un acto de campaña. A última hora del miércoles, Casa Rosada confirmó que el presidente no se irá de la provincia tras el almuerzo, sino que se trasladará a la Ciudad para encabezar una caminata a las 18 hs junto a sus socios locales, el gobernador Alfredo Cornejo y el ministro Luis Petri.
La jugada es puramente electoral. A poco más de dos semanas de las elecciones, el oficialismo nacional considera a Mendoza un distrito clave donde pueden obtener un gran resultado y, por eso, Milei se pone la campaña al hombro. La visita no es por gestión, es para cazar los votos que necesitan en las legislativas.
Mientras el presidente y su séquito buscan la foto sonriente en la Peatonal, la realidad de la provincia promete hacerse oír. Productores locales ya anunciaron que llevarán sus reclamos y se manifestarán, exponiendo el descontento que el operativo de seguridad presidencial intentará ocultar.
Así, la visita de Milei a Mendoza se convierte en el reflejo de su gobierno: un show de campaña montado con la estructura del Estado, la reaparición de figuras cuestionadas y un fuerte contraste entre la puesta en escena y el malestar social de fondo.