La casa real británica informó que el Duque falleció “pacíficamente” este viernes por la mañana en el Castillo de Windsor.
El duque de Edimburgo, el príncipe Felipe, marido de la reina de Isabel II, murió a los 99 años, según anunció la Casa Real británica en un comunicado.
“Con profundo dolor, su majestad la reina anuncia la muerte de su amado esposo, su alteza real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo”, afirmó un comunicado. “Su alteza real ha fallecido en paz esta mañana en el Castillo de Windsor”, precisó.
Desde mediados de febrero a mediados de marzo de este año, el príncipe Felipe, estuvo internado en el hospital Rey Eduardo VII y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente del corazón.
Nunca fue políticamente correcto
Su figura, elegante y siempre seis pasos por detrás de la soberana británica, ha marcado la reciente historia de Inglaterra y su personalidad, no siempre políticamente correcta, aunque le granjeó algunas críticas nunca opacó su papel público.
Padre de cuatro hijos, abuelo de ocho nietos y bisabuelo de nueve biznietos, Felipe de Edimburgo era el decano de la realeza europea.
No fue el primero a quien le tocó ser marido de una reina de Inglaterra ; lo había sido un siglo antes Alberto de Sajonia, el amor, mentor y apoyo incondicional de la reina Victoria, tatarabuela de Isabel II, pero sí ha sido el modelo para todos los consortes reales del siglo XX.
Felipe, hijo menor del príncipe Andrés de Grecia y de la princesa Alicia de Battenberg, nació en Corfú (Grecia) el 10 de junio de 1921, como príncipe griego, pero siempre fue británico. Fue su tío Luis Mountbatten, el célebre virrey de la India, asesinado por el IRA en 1979, quien se ocupó del joven y, de alguna manera, lo educó y utilizó para cumplir su sueño de controlar la corona de Inglaterra.
Siempre se consideró más listo y mejor preparado que sus primos Windsor, pero su puesto en la lista de sucesión al trono no le permitía hacerse ilusiones. Su modo de llegar a Buckingham fue a través de su sobrino Felipe, un apuesto joven oficial de la Armada, al que apadrinó y a quien no tuvo mucho trabajo para convencerlo de que enamorara a la princesa Isabel.
Su rol como padre
Su única hija, Ana, fue su preferida por ser la más parecida de carácter, mientras que a Carlos, el heredero, siempre le consideró un pusilánime y cuando era adolescente no se le ocurrió otra cosa que enviarlo al estricto internado de Escocia, el mismo en el que él había estudiado en los años 30, y donde el actual heredero, dónde en vez de templar el carácter del actual heredero le convirtieron en un joven inseguro y débil.
De Andrés y Eduardo aún se ocupó menos, aunque el menor, a diferencia del duque de York, el preferido de la reina Isabel, nunca le dio un disgusto.
Perfecto consorte
El marido de la reina Isabel, con todos sus defectos, ha sido, sin embargo, el perfecto consorte. Disfrutó de la vida fuera de los focos y preservó su papel público hasta el último momento.
Su última aparición pública, tras el anuncio de su retiro oficial en el 2018, después de cumplir 97 años, se produjo el pasado 22 de julio de 2020 cuando, en el patio del castillo de Windsor, hizo entrega de los atributos de Coronel en Jefe del regimiento de infantería ‘The Rifles’ a su nuera, la duquesa de Cornualles, esposa de príncipe Carlos.
En noviembre del año pasado, con motivo de su 73 aniversario de boda, la reina Isabel y su marido festejaron la efeméride haciendo pública una fotografía, sentados ambos en un sofá de un salón de Windsor, mientras contemplaban una tarjeta de felicitación que les habían enviado tres de sus biznietos, los príncipes Jorge, Carlota y Luis, hijos de os duques de Cambridge.
Felipe de Edimburgo ha vivido casi 100 años, todo un récord, no solo por la provecta edad alcanzada sino por lo bien que la ha vivido.