Dos de los efectivos que participaron de la persecución fueron imputados de “lesiones agravadas”.
Un rugbier recibió tres balazos cuando conducía la camioneta de su padre y fue perseguido y chocado por móviles policiales en el partido bonaerense de Moreno. Dos de los efectivos que participaron de la persecución fueron imputados de “lesiones agravadas” y, por ahora, no quedaron aprehendidos.
Según informó Télam, el hecho se produjo minutos antes de la 1, sobre la ruta provincial 7, frente al barrio cerrado Álvarez del Bosque, en la localidad de Francisco Álvarez, en dicho partido del oeste del conurbano, donde Tomás Kruger (19) reside junto a su familia.
De acuerdo a las imágenes de las cámaras de seguridad instaladas por los propios vecinos, en una primera secuencia registrada a las 0.58 se observa que una Toyota Hilux negra y con los vidrios polarizados frenó frente al portón de ingreso al barrio y un patrullero sin la sirena encendida lo chocó del lado del acompañante.
Ante esta situación, la camioneta dio marcha atrás y abandonó el lugar por la ruta, mientras que el patrullero quedó detenido allí.
En una segunda secuencia inmediatamente posterior se ve que a unos 50 metros de distancia, siempre sobre la ruta, la camioneta se detuvo sobre la banquina, y lo rodearon otros cuatro móviles policiales, uno de los cuales también lo colisionó del lado de conductor,a la altura de la trompa, al tiempo que un efectivo llegó corriendo y esgrimiendo su arma.
En esas circunstancias, varios policías hicieron descender al conductor de la camioneta y lo redujeron en el piso.
Alertados de lo ocurrido por el personal de seguridad del barrio, los padres del joven salieron de su domicilio y se encontraron con los policías y su hijo esposado y ensangrentado en el suelo, tras lo cual, el chico fue trasladado a un hospital de la zona, donde permanece internado.
TRES DISPAROS
En diálogo con Crónica TV, Carlos, el padre de la víctima, dijo que su hijo recibió “un tiro en cada pierna y uno en el brazo derecho que se lo quebró”.
“Está sedado en el hospital”, detalló el hombre, quien explicó que él le había prestado la camioneta a su hijo anoche, luego de que el joven jugara un partido de rugby en un club local, para que “no se tomara el colectivo” y que al momento de la persecución “no tenía ninguna arma de fuego” que justificara que le dispararan.
“Los policías me dijeron que había pasado un semáforo en rojo y que iba pasando autos en zig-zag”, indicó Carlos, quien dijo sentirse “indignado” por lo que le hicieron a su hijo.
“Es una locura. No se puede creer que un patrullero lo fuera corriendo sin las luces. Él frena, se quiere meter por el portón pero está cerrado y ahí lo chocan”, relató.
Carlos señaló que su hijo “tenía miedo” y que por eso siguió cincuenta metros con la camioneta y que perdió el control de la misma porque “ya tenía el brazo quebrado”.
“Hay tiros en la puerta y en el vidrio de la camioneta”, sostuvo el hombre, quien agradeció la asistencia médica que le brindaron a su hijo, y el trabajo de la fiscalía y los jefes policiales.