El escardillo que la sospechosa utilizaba como arma.
Hace cuatro días, el ataque de una mujer contra su ex pareja casi terminó en tragedia durante una frenética persecución por la ruta 40, en Las Heras.
Mientras escapaba del lugar, la señalada agresora intentó quitarse la vida al conducir en contramano por ese transitado camino, que une a Mendoza con la vecina provincia de San Juan. Pero, las maniobras policiales permitieron frenarle el paso y evitar lo peor.
Frente a los uniformados que la detuvieron, a quienes también se enfrentó, trató de arrojarse contra los vehículos que circulaban por la ruta, pero lograron controlarla.
Tras el episodio, la mujer quedo internada en el Hospital Pereyra, donde se le realizó el abordaje correspondiente debido a que estaba sufriendo una crisis de ansiedad, según le diagnosticaron los profesionales que la atendieron.
Más allá de eso, quedó a disposición de la Justicia, que deberá definir su situación procesal, teniendo en cuenta su estado de salud mental.
Tensión y furia en Las Heras
De acuerdo con la información a la que accedió El Sol fue alrededor de las 15.30 del jueves cuando personal de la Unidad Especial de Patrullaje Las Heras (UEP) tomó conocimiento sobre una mujer, de 42 años, que conducía de forma peligrosa por la ruta 40, a la altura del cruce con Paso Hondo, en El Borbollón.
Al parecer, la sospechosa estaba huyendo de la casa de su ex novio, en la cual se había hecho presente pese a que pesaba sobre ella una medida de exclusión de hogar y también una prohibición de acercamiento hacia el hombre, debido a episodios anteriores, indicaron las fuentes consultadas.
En ese lugar, la mujer había intentado agredir a su ex con una azada o escardillo, una herramienta de jardinería que sirve para remover tierra y malas hierbas. Entre gritos y corridas, la mujer persiguió algunos metros al hombre, pero no logró lastimarlo.
Posteriormente, la presunta atacante se dio a la fuga del lugar a bordo de su Ford Focus blanco y motivó la intervención policial, debido a que durante su vertiginosa conducción manifestaba a los gritos que deseaba acabar con su vida. En todo momento, portaba de manera amenazante el escardillo.
Los uniformados de la UEP lograron darle alcance en ruta 40 y calle Álvarez Condarco, cuando iba en dirección al oeste e ingresó al barrio Álvarez Condarco. Tras recorrer algunos metros en el interior de ese complejo, se reintegró a la ruta hacia el norte.
Sobre el camino nacional los policías lograron ponerse a la par del Focus y lograron observar que la mujer se daba golpes el cuello con la puntiaguda herramienta de jardín que había tomado como arma.
Pese a que los efectivos le dieron en varias ocasiones la voz de “alto policía” y le ordenaron frenar la marcha, la conductora no bajaba la velocidad y hasta intentaba colisionar la patrulla.
Varios metros más adelante, en el cruce con calle Recuero, la mujer comenzó a zigzaguear, apuntando su auto contra los vehículos que circulaban en dirección contraria y alternando su trayecto entre ambas manos.
Debido a que estaba en peligro la vida de las personas a bordo de los vehículos que circulaban por allí, personal de la Unidad de Acción Preventiva (UAP), que se unió en apoyo a la persecución, sobrepasó el auto de la mujer. Así fueron alertando a los conductores que venían de frente, para que se arrojaran hacia un costado y evitaran ser impactados.
Junto a otra movilidad, se encapsuló el rodado de la sospechosa, quien no tuvo otro remedio que tirarse a la banquina y frenar la marcha.

La mujer descendió con el escardillo en una mano, luciendo su rostro y su cuello ensangrentado. Acto seguido, esgrimió su “arma” y se abalanzó contra uno de los policías para atacarlo, pero no lo logró.
Ante eso, comenzó a gritar “me quiero matar, me voy a matar” y trató de arrojarse contra los rodados que transitaban por la ruta. Fue allí cuando los efectivos de la UAP se arrojaron sobre la mujer e hicieron uso de la fuerza para evitar que cometiera el suicidio.
Tras lograr inmobilizarla, la subieron a una movilidad y la trasladaron rápidamente al Hospital Gahilac, ya que se encontraba con ataques de nervios y muy exaltada, describieron las fuentes policiales.
En el nosocomio lasherino, un médico la examinó y diagnosticó que padecía crisis de ansiedad, por lo que ordenó derivarla al Hospital Pereyra y realizarle un test de alcoholemia, el cual dio resultado negativo.
Luego, en el efector público especializado en la salud mental, le diagnosticaron trastorno del control de los impulsos y decidieron mantenerla alojada allí.
Por su parte, en la escena de la detención se incautó la herramienta de hierro, un celular y el vehículo en el que se movilizaba, que fue peritado por personal de la Policía Científica.
Los elementos incautados pasaron a ser parte de la prueba del expediente que se inició en la Justicia, aunque el futuro de la mujer aún es incierto debido su estado psíquico. Se espera que a través de peritajes se determine si durante todo el hecho fue capaz de comprender la criminalidad de sus actos, es decir, si es imputable o no.