«Si no ganás, no perdemos el tiempo»: el brutal condicionamiento de Trump que hizo caer los mercados argentinos

El viaje de Javier Milei a Washington para buscar un salvavidas de su ídolo Donald Trump terminó en un papelón internacional y una humillación sin precedentes. Lejos de conseguir un rescate, el presidente argentino volvió con una amenaza explícita, un ninguneo diplomático y un desplome de las acciones argentinas.

La debacle comenzó cuando la Casa Blanca le canceló la tan ansiada reunión a solas en el Salón Oval, degradando el encuentro a una simple mesa conjunta con sus delegaciones. Allí, Milei fue un mero espectador. Escuchó en silencio atónito cómo Trump le advertía al mundo, y a los mercados, que la ayuda a Argentina es condicional.

«Si (Milei) pierde con un candidato de extrema izquierda, no seremos generosos con Argentina», disparó Trump. Y remató: «Si no gana, no vamos a perder el tiempo». Una bomba que estalló de inmediato en Wall Street, provocando el derrumbe de los activos argentinos, con acciones como YPF y Banco Galicia perdiendo hasta un 8%.

El show del bochorno continuó. Trump, demostrando un desconocimiento total de la realidad argentina, parecía convencido de que Milei enfrentaba una elección presidencial y que ya llevaba cuatro años de mandato. Pese a ello, no dudó en opinar.

Para colmo de males, y como una cachetada final, Trump se dedicó a elogiar al presidente brasileño Lula en la cara de Milei, calificándolo de «un gran hombre». Una humillación geopolítica que expuso la irrelevancia del mandatario argentino ante su supuesto gran aliado.

Milei fue a buscar una foto que le diera poder y volvió con la imagen de su propia sumisión. Un viaje que, en lugar de traer un rescate, provocó una corrida financiera y dejó al país en una posición de debilidad y vergüenza internacional.