Inseguridad y violencia: vecinos matan a un ladrón recién salido de prisión en Guaymallén

La muerte de Hernán Cristian Báez Amarfil, alias “El Cacha”, generó un fuerte operativo policial en el barrio Lihué de Guaymallén durante la madrugada del domingo. El hombre, conocido por su historial delictivo y violento, había salido de prisión apenas cuatro días antes. Según las primeras investigaciones, fue sorprendido intentando robar en una vivienda ubicada en la manzana 16 del barrio, donde vecinos y familiares de las víctimas lo golpearon hasta quitarle la vida.

La escena del crimen fue impactante. Efectivos de la Comisaría 31° llegaron al lugar tras recibir llamados al 911 y encontraron a Báez siendo salvajemente golpeado por varias personas. Aunque se solicitó la intervención de una médica del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC), el hombre falleció en el lugar debido a las lesiones sufridas. La Unidad Investigativa Departamental Guaymallén, junto con Homicidios y Científica, tomó el caso, mientras Infantería fue desplegada para evitar posibles disturbios en el barrio.

Un historial marcado por la violencia

Báez Amarfil, de 31 años, tenía un amplio prontuario policial que incluía condenas por robo agravado con uso de arma, violencia de género, tenencia ilegal de armas de fuego y amenazas agravadas. En julio de 2023 había sido condenado por portación ilegal de arma y violación de domicilio, delito que lo mantuvo detenido hasta el 22 de enero de 2024, cuando recuperó la libertad.

Fuentes policiales describen a “El Cacha” como un individuo peligroso y conflictivo, vinculado con bandas que operaban en Guaymallén y otros sectores del Gran Mendoza. Incluso, en el ámbito carcelario protagonizó varios enfrentamientos, siendo acuchillado en 2016 y vinculado a la muerte de otro interno. La violencia parecía ser un denominador común en su vida, ya que en 2018 su hermano fue asesinado, un hecho que marcó aún más su entorno delictivo.

La Fiscalía investiga el caso

El fiscal de Homicidios Carlos Torres lidera la investigación para identificar a los autores de la golpiza que terminó con la vida de Báez Amarfil. Según testigos, las personas involucradas serían vecinos y familiares del dueño de la vivienda. Aunque aún no se realizaron detenciones, el caso podría encuadrarse como un exceso de legítima defensa, ya que el fallecido no portaba armas al momento del ataque.

Un debate sobre la justicia por mano propia

Este trágico hecho reabre el debate sobre la justicia por mano propia y la inseguridad en los barrios del Gran Mendoza. Mientras algunos vecinos justifican las acciones como una respuesta a la falta de seguridad y protección, otros advierten sobre los riesgos de tomar la ley en sus manos. La situación refleja una creciente sensación de impotencia en las comunidades, que muchas veces enfrentan a delincuentes reincidentes como Báez Amarfil.

La muerte de “El Cacha” es un recordatorio de las tensiones y fracturas que genera la inseguridad en las comunidades, y plantea interrogantes sobre la necesidad de reforzar la seguridad y el acceso a la justicia en estos sectores vulnerables.