El Ministerio de Salud de Mendoza reportó 319 fallecimientos por covid-19 en los últimos 15 días. Número extraordinario de muertes que, sumado a otros decesos por distintas patologías y accidentes, provoca saturación de depósitos de cadáveres en hospitales de la provincia, como el Central de Capital y el Schestakow de San Rafael. Imágenes dolorosas y muy sensibles de una realidad crítica, detrás de las preocupantes estadísticas epidemiológicas.
Tras un largo debate ético hacia el interior, interpelados por la desesperación de nuestros lectores y lectoras que nos envían continuamente información que no debe ser ocultada, decidimos publicar estas fotografías y testimonios que evidencian mucho más que una estadística de mortalidad en un parte diario, que ya no solo satura el sistema sanitario y las camas de terapias intensivas, sino también el destino último de los fallecidos.
Este miércoles el Gobierno de Mendoza reportó 23 fallecimientos provocados por el coronavirus, lo que totaliza 2272 muertes por covid-19 desde que comenzó la pandemia.
El lunes pasado el Gobierno informó 224 muertes por covid-19. Entre martes y miércoles se registraron 48 fallecidos/as más.
La fría estadística parece decir cada vez menos, si se tiene en cuenta que asistimos a una especie de naturalización gubernamental y mediática de muertes evitables, que contrasta con las dolorosas historias, con nombres y apellidos, que se conocen en los ámbitos familiares, laborales, de amistades y redes sociales, donde se da carnadura a la impresionante cifra.
Diariamente se recibe imágenes, textos y audios que dan cuenta del drama humano que vive nuestra sociedad. Testimonios de angustia y desesperación que exigen que se sepa qué está pasando detrás de los números. Expresiones que ponen en duda el relato del Ejecutivo y sus medios pautados sobre las consecuencias mortales de un errático manejo político de la pandemia que especula con las vidas de las y los mendocinos.
En las últimas semanas de crecimiento notable de los decesos (319 fallecimientos reportados en 15 días) han llegado a nuestro mail y vías de comunicación de redes sociales, numerosas imágenes de morgues hospitalarias saturadas. Las fotos suelen estar acompañadas con mensajes desgarradores que intentan responder, con elocuencia inapelable, a un discurso público de mortalidad sin la materialidad de los cuerpos que yacen dentro de las bolsas mortuorias.
Este diario corroboró la autenticidad de la información y fotos recibidas y pudo confirmar que la morgue del Hospital Central de la Ciudad de Mendoza viene sufriendo reiterados episodios de colapso, debido al creciente número de fallecimientos por covid-19, lo que se suma a los decesos por otras patologías y accidentes.
“Nunca en la vida he visto algo así, la cámara está saturada permanentemente y, cuando se llena, se acumulan las camillas con los cadáveres”, graficó sin eufemismos una de las fuentes consultadas. De acuerdo con el testimonio de este profesional con larga experiencia en el hospital más grande de Mendoza, “en los últimos días, el depósito suele estar lleno con aproximadamente diez cuerpos, más cinco o seis que quedan afuera de la cámara, todos esperando a que las funerarias los retiren, pero no se da abasto. Apenas salen unos, entran más. Nunca pasó algo así, ni el año pasado, ni en la epidemia de la gripe H1N1 del 2009”.
Esta impactante narración es coincidente con la de otros trabajadores del Central y de empresas funerarias del Gran Mendoza, quienes no dejan de asombrarse con un fenómeno inusual. Cuadro dramático que se completa con el retiro ya habitual de cuerpos sin vida, a causa del coronavirus, en domicilios familiares.
La situación del Central tiene su correlato en otras morgues de centros asistenciales de la provincia, como es el caso del Hospital Schestakow de San Rafael, departamento del sur mendocino que asiste a una grave expansión de la llamada segunda ola, mucho más preocupante que la sufrida el año pasado.
“Solíamos tener no más de tres fallecidos en la morgue y un tercio eran por coronavirus, pero en los últimos días hemos tenido hasta 12 cadáveres y más del cincuenta por ciento por covid”, reconoció una fuente del hospital más importante del sur, lo que concuerda con las fotografías recibidas por este diario e información recabada en tres empresas funerarias del departamento.
De acuerdo con cifras oficiales, en solo 17 días de mayo se duplicó el número de fallecidos por coronavirus en San Rafael respecto a todo abril, mes en que murieron 34 personas. Igual duplicación en el mismo período sufrió General Alvear. En tanto que Malargüe decidió decretar asueto de la administración pública hasta el 30 de mayo, para intentar frenar la transmisión comunitaria.
Con esos datos más que alarmantes, en una región donde la disponibilidad de camas de terapia intensiva por habitante es mucho menor que la del Gran Mendoza, el intendente de San Rafael, Emir Félix, le planteó en persona al gobernador Rodolfo Suarez su preocupación por la saturación del Hospital Schestakow, lo que se evidencia, entre otras realidades, en el retiro de fallecidos por coronavirus directamente desde las camas familiares donde sufrieron su agonía.
A la salida del encuentro en Casa de Gobierno, el intendente Félix cuestionó la inconsistencia de las cifras de muertos en los comunicados del Ministerio de Salud local y reclamó que “la Provincia debe poder medir sus propios fallecidos”, enfatizando así la posición que le transmitió al mandatario, como fundamento de la exigencia de medidas más restrictivas en lugares donde el rebrote de covid-19, y la expansión de nuevas cepas del virus, incrementan las consecuencias mortales.
El gobernador decidirá mañana, entre otras medidas para disminuir los contagios, si suspende la presencialidad de las clases en las escuelas secundarias, tal como le pidió el intendente de San Rafael.
Fuente el otro diario