Perros peligrosos: sobran leyes y ordenanzas, pero no hay controles de los Municipios

Las municipalidades tienen la potestad de implementar la normativa, pero sólo en casos especiales lo hacen.

El ataque que sufrió Lorenzo, de cinco años, por parte de una jauría en Rivadavia, volvió a poner bajo la lupa la regulación de los perros peligrosos en Mendoza. La provincia cuenta con una ley que posee injerencia municipal para regularlos. Además, varios departamentos aprobaron ordenanzas con el mismo objetivo y hasta en el Código Contravencional hay un artículo que indicó cómo deben ser cuidados este tipo de canes y las multas por incumplir las medidas. Pero a pesar de todo este marco regulatorio, los controles son escasos, señalaron los veterinarios consultados.

La Ley 7633, que fue aprobada en 2007, no sólo establece varias obligaciones que debe cumplir el propietario, sino también establece cuáles son los perros denominados como peligrosos: Mastín Napolitano, Dóberman, Pitbull, Bull Terrier, Dogo Argentino, Rottweiler, Presa Canario, Akita Inu Gran Perro Japonés.

Esta categoría fue elaborada debido a la potencia de su mandíbula, la musculatura, talla y temperamento genéticamente agresivo de estos perros, ya que pueden causar la muerte o lesiones graves a las personas o a otros animales.

Sin embargo, el veterinario Víctor García indicó que es un error categorizar las razas porque los estigmatizan y no se puede generalizar a todos los canes como peligrosos, ya que todo se basa en la educación que recibieron por parte de sus dueños.

Además, los especialistas indicaron que no todas las razas señaladas en la ley y en las ordenanzas se encuentran en el país, ni tampoco condicen las condiciones físicas, porque hay perros de menor tamaño que podrían ocasionar heridas de gravedad.

En ese contexto, las comunas probaron desde chips identificatorios, inscripciones previas, carnet, carteles de advertencias en las casas, entre otros recursos, para controlar a los canes que podrían ser un riesgo para la sociedad.

En el caso del Código Contravencional, sancionado por la Legislatura en 2018, su artículo 64 estabablece la responsabilidad del dueño: “El que tuviere un can o animal que potencialmente ofreciere peligro de ataque a las personas por su instinto o dificultad de domesticación, sin haber adoptado prudentes medidas de prevención, será sancionado con multa”.

Es por eso que los dueños deberán contar con instalaciones seguras que impidan una posible huida o que puedan sacar sus hocicos o garras. Además, tendrán que usar un bozal en lugares públicos y una correa no extensible de menos de dos metros. Asimismo, deberán contar con una licencia administrativa e inscribirse en los registros municipales.

En ese sentido, son los municipios quienes deberían controlar y establecer las multas de acuerdo a las normativas implementadas, explicó el director de Zoonosis de la provincia, Horacio Falconi.

Sin embargo, son pocos los controles que se hacen en los espacios verdes o en la vía pública para prevenir un posible ataque, indicaron los veterinarios. “El registro es voluntario y en caso de que muerdan a alguien, vamos nosotros y le facilitamos al dueño que lo haga en ese momento“, explicó a El Sol, Daniel Peña, subdirector de Medio Ambiente de la Municipalidad de Maipú.

Lo mismo indicó Alberto Pérez, coordinador de Veterinaria y Zoonosis de la Municipalidad de Las Heras, quien aseguró que desde la comuna están analizando impulsar la creación de otra ley provincial para que puedan controlar a los canes, a pesar de que ya existe una y no ha sido implementada.

“No se controla, nosotros actuamos cuando el vecino hace la denuncia y notificamos al dueño o en caso extremo les quitamos el animal”, comentó, quien además, señaló que en el municipio no existe una ordenanza y sólo aplicaron el Código Contravencional.

Otra alternativa que propuso el veterinario García es realizar una base de datos unificada para que pueda haber un registro de cuántos canes se encuentran en la población canina, sus controles y cuidados, ya que opinó que las ordenanzas implementadas no son suficientes.

“Qué pasa si yo alquilo y tengo que mudarme cada dos años por los precios, en un lado me piden que le ponga un chip, pero si me mudo a otro departamento me piden que lo registre y, en definitiva, nadie sabe cómo cuido a mi perro“, argumentó García.

Todo depende de cómo se educa

“No existen los perros peligrosos”, coinciden los veterinarios consultados e indicaron que los que lo hacen así son los dueños. La educación y los límites son fundamentales para cuidarlos, además de que no todos están capacitados para tener en un animal de esas dimensiones en casa.

“No es sólo darle comida y agua, hay que enseñarle también para que entienda, comentó la veterinaria, Florencia Rodríguez, quien sostuvo que el dueño debe cumplir con varias condiciones psicológicas para poder tenerlos en casa.

El lugar en donde van a estar también es un requisito indispensable, recalcaron los especialistas. En ese sentido, explicaron que los canes de grandes dimensiones no pueden estar encerrados en departamentos y no salir a desgastar energías.

Por otro lado, muchos mendocinos deciden comprar o adoptar canes para seguridad. En estos casos, los veterinarios explicaron que los animales que fueron educados con esa intención son más respetuosos que los domésticos.

Tanto desde el área de Zoonosis de las comunas como los veterinarios resaltaron que a pesar de no haber controles, apelan a la responsabilidad de los dueños para cuidar a los canes.