Un informe reveló que los mendocinos de ingresos bajos y medios pagan por el servicio eléctrico hasta 400% más que los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires.
Así lo reveló el último informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Conicet, a partir de un análisis tarifario comparativo entre jurisdicciones.
Actualmente los usuarios residenciales de todo el país están divididos en tres grupos, de acuerdo con sus niveles de ingresos: altos (N1), que reciben escasos o nulos subsidios; bajos (N2) y medios (N3), que pagan en promedio entre el 5% y 6% del costo de la energía.
En tal sentido, Mendoza pica en punta en los niveles N2 y N3, mientras que ocupa el tercer lugar del grupo N1. Así las cosas, la factura eléctrica promedio en la provincia es de $57.088 para un hogar de altos ingresos; de $35.324 para usuarios de bajos recursos y de $35.980 para la clase media.
En todos los casos, los valores son muy superiores al promedio nacional: $42.817, $17.453 y $ 18.048, respectivamente. El informe, que tomó como referencia un consumo de 300 Kwh/mes, correspondiente a mayo de 2024.
Como se observa, los niveles 2 y 3 se solapan ya que en los hechos existen dos tipos de usuarios: con o sin subsidio. Esto ocurre porque a comienzos de febrero el gobierno nacional ajustó el precio estacional de los usuarios N1, pero mantuvo la subvención a los N2 y N3.
Diferencias
En el caso de los usuarios de altos ingresos, la comparación de los cuadros tarifarios entre jurisdicciones indica que, ante igual consumo, las facturas promedio finales más bajas se encuentran La Rioja ($25.387), Tierra del Fuego ($28.073) y el Área Metropolitana de Buenos Aires (entre $28.148 y $28.185); mientras que las boletas más altas se observan en Neuquén ($65.202), Río Negro ($60.209) y Mendoza ($57.088) .
Mientras que los N2 y N3 de La Rioja ($2.987) y el AMBA (entre $6.921 y $6.935) reciben las facturas más baratas de país. En el otro extremo se encuentran en Mendoza ($35.624 y $35.980, respectivamente), Río Negro ($35.474 y $35.851) y Santa Fe ($28.214 y $28.578).
Los números marcan que en los niveles bajos y medios, los mendocinos pagan aproximadamente 400% más por la factura eléctrica en comparación con los usuarios porteños y del conurbano bonaerense del mismo segmento.
Según el trabajo de la UBA y el Conicet, la diferencia en el ranking nacional la explica fundamentalmente lo que se paga en cada provincia en concepto de Valor Agregado de Distribución (VAD).
“La dispersión de tarifas es multicausal, es un proceso complejo de identificación de costos que reflejan las características propias de la red y de la región en donde se presta el servicio. A su vez, responde no solo a diferentes estructuras tarifarias, y a características estructurales propias del servicio público de distribución, sino también a factores exógenos como la existencia de diferentes cargas impositivas y anomalías como la ‘captura regulatoria’ que altera artificialmente los niveles tarifarios en algunas jurisdicciones”, resalta el informe.
Costos e impuestos
El documento también se refirió a la composición de las tarifas de luz, que se divide en costo de la energía (de jurisdicción nacional), cargo por el servicio de distribución (determinado por las provincias) e impuestos y tasas.
La incidencia de cada ítem en la tarifa final es diferente según el nivel de ingresos de los usuarios:
- N1: 31% por costo de la energía consumida, 43% de cargo por distribución y 26% de impuestos.
- N2: 5% por costo de la energía consumida, 66% de cargo por distribución y 29% de impuestos.
- N3: 6% por costo de la energía consumida, 65% de cargo por distribución y 29% de impuestos.
En los tres segmentos se observa que la factura correspondiente a Mendoza presenta una mayor incidencia de los cargos de distribución (establecido por el gobierno provincial a través del VAD) respecto al costo energético (definido por la Nación) e impuestos.
Mendoza cuenta con aproximadamente 570.000 usuarios residenciales del servicio eléctrico: más de la mitad (56%) están categorizados como N2, cerca del 26% son N1 y el 18% restante integran el grupo N3.