La Selección de Fernando Batista no pudo con el combinado nipón, sufrió dos goles calcados y cayó 3-0 en el estadio de Kitakyushu. Una victoria y una caída en su gira por tierras orientales.
La Selección Argentina Sub 23 no pudo imponer condiciones en su segundo amistoso en tierras orientalesy fue goleada 3-0 por Japón en el estadio Ciudad de Kitakyushu. El conjunto de Fernando Batista careció de ideas para inquietar al rival y sufrió dos goles calcados en el complemento.
La primera parte se desarrolló sin mucho vuelo futbolístico, con imprecisiones y roces desmedidos que lentamente fueron elevando la temperatura del encuentro. Los dirigidos por el Bocha intentaron manejar la pelota, pero sin inquietar el arco contrario, mientras que los nipones buscaron abrir el marcador a través del juego punzante por las bandas y el vértigo de Takefusa Kubo, una de sus principales joyas.
Recién a los 36, los locales avisaron con un cabezazo muy elevado de Daichi Hayashi. La Albiceleste respondió seis más tarde con un centro envenenado de Hernán De la Fuente que no llegó a puntear Juan Brunetta en el área chica y, ya cuando estaban a punto de marcharse a los vestuarios, un pelotazo frontal madrugó a la primera línea argentina y dejó mano a mano al propio Hayashi, quien esta vez no perdonó a Jeremías Ledesma y, con un disparo rasante, anotó el 1-0.
En el arranque del complemento, Japón tomó la posta y buscó estirar la ventaja para evitar cualquier sobresalto. A los cinco minutos, luego de una gran acción de Kubo, Yuki Soma estrelló su zurdazo al palo y perdonó a Argentina, que pasada el cuarto de hora volvió a llegar con un bombazo lejano de Adolfo Gaich que controló sin problemas el arquero Kosei Tani.
En un lapso de cinco minutos, los dirigidos por el Bocha exhibieron sus desatenciones y pagaron caros dos gritos idénticos: a los 23, Kubo se hizo cargo de un tiro de esquina por el sector izquierdo para que Ko Itakura, de cabeza, estirara la ventaja y, a los 28, el mismo ejecutante y el mismo goleador fueron protagonistas del 3-0, que sería definitivo.
Apenas un tiro débil de Benjamín Rollheiser cerca del silbatazo final fue la única intención concreta de los argentinos. Nada más. Una cara completamente distinta a la que había mostrad el pasado viernes en su primer amistoso en Tokio, que fue victoria 1-0 con gol de Gaich. Con este resultado, la Selección cerró la gira por tierras orientales con una alegría y un traspié que le sirve a Batista para seguir puliendo detalles de cara a los Juegos Olímpicos.