Otra vez las restricciones salvajes que algunos gobiernos provinciales han levantado para “proteger” a los ciudadanos del coronavirus, termina cobrándose una vida en Formosa. En este caso, se trata de una embarazada a la cual le negaron una ambulancia y tuvo que ir hasta el hospital en moto. Cuando llegó, su bebé había muerto.
Esta muerte sucedió a pesar de que hace unos días la Corte fallara contra el gobernador Gildo Insfrán y ordenara la libre circulación en la provincia.
La semana pasada, Romina Ojeda, que vive en la localidad de Laguna Naineck, entró en trabajo de parto. Comenzó a sentir fuertes contracciones y Silvio Paredes, su esposo, llamó al hospital local para pedir el traslado a Laguna Blanca. “Mi señora estaba embarazada, llamé a la ambulancia de Laguna Naineck y me dijeron que no iban a venir. Hice cinco intentos, no me hicieron caso”, relató Paredes.
Según medios locales, le dijeron a Paredes que lleve a su mujer “como pudiera”. “No me quedó otra”, se lamentó resignado Silvio cuando tomó la decisión de llevar en su moto a Romina. La travesía implicó trasladarse desde Villa Lucero a Laguna Naineck: cinco kilómetros en los que el asfalto está ausente en varios tramos. “No me preguntaron si el camino estaba feo, si tenía medios para llegar, me dijeron la tenés que traer acá a tu señora y después la derivamos a Laguna Blanca”, agregó el hombre.
“Nos dan órdenes para que los pacientes vayamos como podamos, como perros, a pie o en moto, no les importa un carajo lo que nos pase a los que vivimos en el campo. Es imperdonable lo que hizo el enfermero que estaba de turno ese domingo 15 de noviembre. Y no sé si fue porque la llevé en moto a mi mujer que tuvo este problema y esta pérdida, por eso quiero que toda la gente sepa de esta queja que estoy haciendo con todo el dolor de mi corazón por mi bebe fallecido y porque no deseo que le suceda lo mismo a otra persona”, graficó su indignación en diálogo con Naineck Prensa Digital.
Sin embargo, en Naineck le revisaron la presión a la mujer y le aseguraron que todo estaba bien. “El bebé estaba vivo”, remarcó Silvio, pero le manifestaron que “sí o sí” su mujer tenía que ser derivada a Laguna Blanca porque “solamente hay un enfermero“. “Antes era un hospital, ahora es una salita; a veces vienen médicos a la mañana, pero los domingos no viene nadie”, describió la situación del lugar.
La pareja oriunda de Villa Lucero continuó viaje hacia el hospital de Laguna Blanca, donde le confirmaron que la criatura no presentaba signos vitales. “Yo lo sentía a mi bebé moviéndose en mi panza, pero me dijeron que no escuchaban supuestamente sus latidos. Me hicieron una ecografía, pero no la hicieron bien”, relató Romina. E insistió: “Yo lo sentía, ahí nomás me tenían que operar de urgencia”. Le pusieron suero, pero la mujer denunció que el médico no hizo “nada” más. Tras comunicarle que su hijo había muerto, la derivaron nuevamente, esta vez al hospital de la ciudad de Formosa.
“Mi señora se hizo todos los controles, pero siempre que los tenía en el hospital le decían que la máquina estaba descompuesta”, agregó. Según precisó le hicieron dos ecografías a la mujer pero nunca le informaron de cuántos meses estaba embarazada.
“Camino para Formosa yo sentía las pataditas de mi bebé pero ellos no me hicieron bien la ecografía ahí. La responsabilidad de ellos era hacerme una cesárea de urgencia. Para no hacerla, por irresponsables, me mandaron para Formosa”, agregó con dolor Romina.
Recién en Formosa capital le hicieron la cesárea a la madre del bebé fallecido.