Barrio Dalvian: Madre e hijo presos por robar miles de dólares y euros

Lucas Di Benedetto terminó complicado por un cotejo genético y otras pruebas.

Trabajaban como empleada doméstica y jardinero, respectivamente, en el country y fueron acusados de planificar y cometer el hecho en la casa de un bodeguero. Les encontraron el botín y un ADN dio positivo.

Un robo planificado que terminó mal. Ocurrió en el barrio privado Dalvian, en el domicilio particular de un bodeguero, y tuvo dos actores principales: una madre y su joven hijo que realizaban tareas laborales de servicio doméstico y jardinería, respectivamente, en el exclusivo complejo del oeste capitalino. Tenían la confianza de varios clientes del country y contaban con tarjeta de acceso.

El miércoles 20, la investigación de la División Robos y Hurtos de Investigaciones determinó que un joven ingresó a la vivienda y se llevó miles de dólares, euros, reales y pesos peruanos y uruguayos que se encontraban en la caja de seguridad de una de las habitaciones de la morada.

Solamente en moneda estadounidense, la cifra sustraída llegaba a los 13 mil dólares. A las pocas horas, y gracias a una serie de elementos incautados en la propiedad que sirvieron para realizar un cotejo de ADN, los detectives desarrollaron allanamientos en una propiedad de Godoy Cruz y detuvieron a los sospechosos de planificar y ejecutar el hecho delictivo.

Fueron identificados como Lucas Francisco Di Benedetto (20) y su madre, Gabriela Elizabeth Aparicio (50). Quedaron a disposición de la fiscal de Robos y Hurtos Florencia Díaz Peralta y los imputaron por robo agravado.

El botín, en su totalidad, fue encontrado en la casa de los sospechosos. Además, secuestraron teléfonos celulares, un par de zapatillas y dos armas de fuego con su munición correspondiente: un revólver y una escopeta.

El dinero y las armas secuestradas.

Trabajo en profundidad

La reconstrucción del hecho a la que se llegó sostiene que el robo en la casa del Dalvian ocurrió durante el mediodía del miércoles 20. Una pareja llegó hasta su domicilio y advirtió que la caja fuerte donde guardaban dinero de la familia había sido violentada.

Una persona ajena a la propiedad se había metido con fines de robo destrozando una puerta del patio y se llevó los billetes. No había desorden en otros sectores pero sí detectaron dos pruebas que terminaron siendo claves: una barreta y un barbijo sobre una.

Dieron aviso a la policía y personal de Robos y Hurtos llegó a la escena para liderar las actuaciones. Los detectives, al analizar el lugar, concluyeron que las víctimas habían llegado hasta el domicilio mientras el ladrón se encontraba en el lugar. Esto debido a que dejó olvidado la barra y el barbijo.

Las tareas específicas de los sabuesos consistió en hablar con el personal que custodia el barrio y estudiar lo que habían registrado las cámaras de seguridad de ingreso, egreso y también las internas. Apuntaron a la gente que ingresaba a trabajar diariamente al complejo.

Al otro día decidieron realizar un allanamiento en la casa del jardinero Lucas Di Benedetto, debido a que habían detectado su vehículo entrando al barrio minutos antes de que se produjera el robo.

Es más, había ingresado con la excusa de realizar un corte de césped en una casa pero nunca llegó a destino. Además, las cámaras detectaron su vehículo cerca del domicilio donde ocurrió el robo.

Pero eso no fue todo: supieron que la madre del sospechoso número uno, Gabriela Aparicio, trabajaba en servicio doméstico en una casa colindante a la de las víctimas que sufrieron el hecho de inseguridad. Como el joven se encontraba en la casa cuando llegó el propietario, se determinó que la progenitora fue quien lo ocultó hasta que pudo salir del barrio.

Además de recuperar el botín, en el allanamiento secuestraron tres teléfonos celulares (sirvieron para confirmar la participación de la madre en el hecho), 7 cartuchos calibre 16, marca Rottweil, un par de zapatillas marca Nike talle 40 (las que utilizaba el presunto autor durante el robo), un revólver marca Asper calibre 22 con seis cartuchos colocados, otras seis balas de ese calibre, 3 calibre 22 corto, y una escopeta con culata de madera Nitro Germany.

La última prueba terminó de cerrar el rompecabezas de la pesquisa: en el barbijo hallado sobre una cama detectaron material genético del joven jardinero.