Para los investigadores, es un paso más hacia la creación de tejidos y órganos funcionales que podrían ser trasplantados, para así resolver el problema de la escasez de donaciones.
Un grupo internacional de expertos logró un caso de integración de células humanas con tejido animal.
Los investigadores crearon por primera vez embriones quiméricos de macaco y humano
Lo hicieron en el marco de un intento de entender cómo se desarrollan y se integran nuestras células y de qué manera interactúan entre sí las células de diferentes especies.
El estudio fue publicado en la revista Cell. Los investigadores cultivaron los embriones durante un tiempo récord, de 19 días a partir de la inyección de las células madre humanas, y descubrieron que estas sobrevivieron y se integraron con mayor eficacia relativa que en experimentos anteriores con tejido porcino.
Posible usos
“Este tipo de investigación es importante para desarrollar conocimientos sobre la comunicación celular y el desarrollo biológico durante la embriogénesis y la evolución, así como para una variedad de aplicaciones de investigación y medicina regenerativa”, explicó a SINC el bioquímico español y autor principal del estudio Juan Carlos Izpisúa Belmonte, del Instituto Salk de Ciencias Biológicas (EE.UU.).
Según Izpisúa Belmonte, los estudios de este tipo podrían hacer posible la cultivación de “tejidos humanos de sustitución, como los del corazón y riñones”, y servir para “probar potenciales medicamentos para enfermedades humanas, con más precisión que en los modelos animales, o entender el envejecimiento”.
En fin, aprender a cultivar las células de una determinada especie dentro del organismo de otra diferente, ofrecería a los científicos una poderosa herramienta para hacer grandes avances en la investigación y la medicina, y en el futuro podría resolver el problema de la escasa donación de órganos frente a necesidades críticas de los pacientes.
‘In vivo’
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente se realizan en el mundo más de 130.000 trasplantes de órganos sólidos, y aunque la cifra pueda parecer impresionante, esa cantidad solo cubre menos del 10 % de las necesidades.
“Como no podemos realizar ciertos tipos de experimentos en humanos, es esencial que tengamos mejores modelos para estudiar y comprender con mayor precisión las enfermedades humanas en condiciones ‘in vivo'”, señaló Izpisúa Belmonte a SINC.
En cuanto al dilema ético, que siempre rodea todo lo relacionado con las quimeras, el investigador español aseguró que en su trabajo siguen “todas las normas éticas, legales y sociales vigentes”, que además pasan por la revisión y aprobación de “todos los comités pertinentes”.
Cell, Rt, AgenciaSinc, OMS.