Las medidas incluyen control de aforo, circuito de ingreso y salida y zonas especiales para adultos mayores.
Los balnearios chilenos comenzaron a agilizar sus protocolos para la temporada de verano en medio de la pandemia de coronavirus.
Salud, Bienes Nacionales y la Armada, entre otros, trabajan en el plan para el control del virus en la arena. Buscan evitar los colapsos que sufrieron las playas españolas y franceses que se vieron atestadas de gente ni bien fueron habilitadas.
El ministro de Bienes Nacionales, Julio Isamit, adelantó a diario La Tercera que “el plan de playas seguras tiene tres ejes: la elaboración de un protocolo de buenas prácticas para la prevención de contagios junto a salud pública y turismo; una campaña informativa de autocuidado para la ciudadanía, y convenios de trabajo con municipalidades, para garantizar que las playas cumplan con los estándares sanitarios adecuados”.
Entre las medidas que se analizan están la obligatoriedad de establecer zonas especiales (por ejemplo, para adultos mayores y familias), distancias de un metro entre personas y de cinco metros entre grupos (tal como ocurre en los parques), que no haya vendedores ambulantes en la arena (las personas solo podrán acudir a los puestos establecidos), y que se señalicen vías de ingreso y de salida.
Además, se evalua que cada playa tenga un coordinador para la prevención de COVID 19 y que se estandaricen los sistemas de limpieza e higienización, con infraestructura para los visitantes.
Por su parte, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, detalló que las autoridades locales van a tener que determinar, por el tamaño, cuánta gente en general puede estar, porque el aforo va a estar determinado por el distanciamiento de las grupos y entre las personas”.
Los alcaldes se han manifestado interesados en el tema. En Viña del Mar, Virginia Reginato sostiene que “sin perjuicio de que seguimos a la espera de los protocolos, trabajamos con los concesionarios algunas propuestas para que las playas sean seguras e inclusivas”.