Según especialistas, viaja a 27.600 km/h, aproximadamente. De todos modos, desde Beijing aseguran que el riesgo es mínimo. Todos los detalles.
El mundo está a la expectativa de lo que ocurra con el cohete chinoLong March 5B que avanza sin control hacia la Tierra a una velocidad de 27.600 kilómetros por hora. Se estima que entrará a la atmósfera terrestre este fin de semana, aunque aún se desconoce si sus restos se desintegrarán al hacerlo o si impactarán contra la superficie del planeta, según consigna BBC News.
No se descarta que el impacto pueda ser en una zona habitada, pero los expertos coinciden en que el riesgo de que alguien salga lastimado es “extremadamente improbable” y desde Beijing llaman a la calma. Lo que sí se sabe es que será uno de los reingresos no controlados más grandes de los últimos 30 años.
La última inmersión
Según el informe de expertos, la mayor parte del aparato debería quedar calcinada cuando haga su última inmersión en la atmósfera. De todos modos, existe la posibilidad de que los metales con altos puntos de fusión y otros materiales resistentes sobrevivan hasta la superficie. El Pentágono estadounidense es una de las entidades estatales que continúa el rastreo del cohete chino que ha sido noticia durante los últimos días.
Según BBC, el Departamento de Defensa de EE.UU. cree el el impacto puede producirse “alrededor del 8 de mayo” y descartó de momento la posibilidad de derribarlo. Mike Howard, portavoz de la oficina gubernamental, señaló este jueves que el Comando Espacial monitorea la trayectoria del cohete. Sin embargo, reconoció que ni siquiera se conoce el punto exacto de entrada a la atmósfera y que su avance no tiene control.
“No creo que la gente deba tomar precauciones. El riesgo de que haya algún daño o de que golpee a alguien es bastante pequeño. No es despreciable, podría suceder, pero el riesgo de que te impacte es extremadamente pequeño”, afirmó el investigador a la cadena CNN.
Una práctica internacional “común”
Ante la inquietud despertada en la comunidad internacional, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino recordó que dejar que un cohete se autodestruya al entrar en la atmósfera es “una práctica internacional común. China está prestando mucha atención a la etapa final del reingreso del cohete a la atmósfera”.
El panorama
Gran parte de la superficie de la Tierra está cubierta por océanos (alrededor del 70%), y parte que es tierra incluye enormes áreas que están deshabitadas. “Si quiere apostar sobre dónde aterrizará algo en la Tierra, apueste por el Pacífico, porque el Pacífico es la parte más extensa de la Tierra. Es así de simple”, añaden los especialistas, quienes además consideraron que el cohete se mueve con una inclinación hacia el ecuador de unos 41,5 grados.
China pide calma a la comunidad internacional
“Es muy probable que los escombros del cohete que puso en órbita la primera sección de la estación espacial china caigan en aguas internacionales y la gente no debe preocuparse”, dijeron analistas espaciales del gigante asiático en un comunicado.
Los expertos chinos señalan que es común que restos de lanzamientos de cohetes caigan de regreso a la Tierra y que la afirmación del Pentágono de que los escombros de la aeronave regresan “fuera de control” y “pueden causar daños si impactan en áreas habitadas” no son más que una exageración.
Wang Ya’nan, editor jefe de la revista china Aerospace Knowledge, señaló que las autoridades espaciales de China consideraron cuidadosamente el desarrollo de la caída de los restos de cohetes desde la fase inicial de diseño y la elección del sitio de lanzamiento. También las características del despegue y su trayectoria.
“La mayoría de los escombros se quemarán durante el reingreso a la atmósfera de la Tierra, dejando solo una porción muy pequeña que puede caer al suelo, que potencialmente aterrizará en áreas alejadas de las actividades humanas o en el océano”, afirmó.